¿Qué pensáis cuando pensáis en putas? ¿Pensáis en mujeres con tacones altos, paradas en la calle bajo luces rojas? ¿Pensáis en mujeres que quizás sean yonkis y que se venden para poder pagar sus vicios? ¿Quizás pensáis en chicas jóvenes que hacen eso para pagar estudios y comprarse ropa? Pensareis eso y quizás muchas cosas más, pero difícilmente pasara por vuestras mentes el hecho de que muchas mujeres que trabajan como putas son en realidad madre de niños y están unidas en matrimonio con algún hombre. Sí, venga hombre que estamos hablando de “Las Esposas Putas”
Este es el caso de Carmen María quien celebrará este año —sí, celebrará, ya que ama su trabajo— sus 12 años como prostituta.
Carmen María ha salido del armario y está orgullosa de su profesión. Toda su familia sabe lo que hace. Está ganando dinero a cambio de sexo desde que tenía 23 años. Tiene ahora 35 y no tiene planes para retirarse pronto.
“Yo tenía una peluquería”, dice Carmen María. “No ganaba mucho dinero. Hacía servicioss a domicilio para conseguir un extra. Entonces me eche novio, me comprometí y me iba a casar, pero el chico con el que estaba comprometida nunca había tenido sexo. Me preocupaba que el chico se desviara después de que nos casáramos, así que le envié a ver un puticlub”.
La cosa funcionó muy bien. Hasta podría decir que funcionó demasiado bien porque lo siguiente que supo Carmen María fue que su novio estaba saliendo con una de las putas. Carmen María fue al puticlub y pidió ver al administrador; un tipo alto muy corpulento que tenía acento como de Europa del este, luego de conversar y explicarle lo sucedido me permitió hablar con la chica que salía con mi novio.
Al explicarle “Se indignó tanto como yo”, dice Carmen María. Hablamos la trabajadora sexual y yo y de verdad que me gustó aquella mujer era fuerte y llena de confianza en sí misma, independiente y realmente divertida”. “Nos hicimos amigas y nos gustaba pasar el rato juntas, y un viernes por la noche que estábamos en su casa viendo vídeos entró una llamada de dos tíos que querían dos chicas” Ella me propuso acompañarla y así fue como comencé a trabajar de Puta.
Esa noche todo se dio normal, los chicos eran tranquilos y no buscaban nada fuerte o que pudiera hacerme sentir mal, lo disfrute mucho y tan solo duro media hora. Así y de forma esporádica comencé a contactar con clientes, pero con el tiempo mi novio y yo nos reconciliamos; eso me hizo dudar de si seguir o no trabajando de puta, porque ya había obtenido una más que buena independencia económica pero quizás resultaba una ofensa para mi novio.
Luego de un par de meses mi novio y yo ya habíamos fijado una fecha para la boda corría el año 2006 y por respeto trataba de no tomar muchos clientes, sin embargo trabajar de prostituta me agradaba y lo que pude conseguir me ayudó mucho para poder preparar nuestra boda y tener una luna de miel muy hermosa. Así se casó con su novio y luego de parar el trabajo sexual por un tiempo una emergencia económica le hizo retomar las acciones. Pasaron los años y en el transcurso de su vida matrimonial llegaron dos hermosos niños pero Carmen María nunca dejó de trabajar como puta, siempre y durante toda su vida de casada la cual aún persiste ha sido una Esposa Puta.
El caso de Carmen María no es único, en la actualidad son muchas las amas de casa que se mantienen en matrimonio, tienen hijos y que trabajan como prostitutas son ellas las conocidas como Esposas Putas.