Escorts madrileñas. El discreto encanto de ir bien acompañado

Escorts madrileñas. El discreto encanto de ir bien acompañado

Escorts madrileñas. El discreto encanto de ir bien acompañado

Madrid es una ciudad que ofrece prácticamente todo lo que una persona pueda desear. Tanto en la cultura, como el ocio, la gastronomía, los espectáculos, la arquitectura… Madrid tiene todo y más de lo que una gran urbe moderna del siglo 21 pueda ofrecer.

 

De entre los placeres más universales del mundo, el placer de disfrutar de las bellas mujeres es sin duda… el número uno. Las salas de escorts de Madrid ofrecen al cliente que lo solicite las mejores damas de compañía, con los servicios tradicionales desde que el mundo es mundo: para sus momentos de placer, lujuria y puede que incluso perversión y vicio inconfesable.

 

Pero las mujeres que pueden encontrarse en Madrid que ofrecen además estos servicios de escort son de lo más variado, pero todas mantienen un nexo común: el alto nivel de sus servicios. Las escorts madrileñas son el acompañamiento que todo hombre puede soñar, dentro y fuera de la cama.

 

Sí: dentro y fuera de la cama

Las escorts, no son, o no necesariamente, lo que todos tenemos en mente como prostitutas, putas o mujeres de alterne. Una escort ofrece, además del sexo, una gama de servicios de acompañamiento que salen de entre las cuatro paredes de una habitación privada y van más allá.

 

Acompañar a un cliente de día y de noche es su labor. Y entre sus servicios están los de ser acompañamiento en privado y en público, ante amigos, clientes, familia y acontecimientos sociales. Un viaje de fin de semana en el que no apetece estar solo. Una escapada a una feria profesional al extranjero. Una entrega de premios, un evento social, o incluso una boda de compromiso…

 

Una escort facilita ese gran placer de sentirse acompañado por una gran mujer, que más allá de complacer sexualmente, proyecta una imagen de éxito, para servir de una virtual pareja en un momento en que se necesita, o incluso el presumir delante de una antigua ex, un cliente o un grupo social donde interese no aparecer solo.

Entonces, qué es una escort

La palabra viene del inglés, y significa “acompañante”. Y eso es literalmente lo que hacen: acompañar al cliente tal y como lo haría su pareja.

 

O mucho mejor, quizá. Una escort proyecta una imagen de mujer que todo hombre querría tener cerca. Nivel cultural, refinamiento social, conversación inteligente, belleza, cuidado personal y un fuerte atractivo son los valores que el cliente contrata en una escort.

Una escort no es una prostituta. O quizá sí. Depende de lo que usted desee contratar e invertir en ella.

 

Por lo general son mujeres experimentadas, desenvueltas, y modernas. Van desde jóvenes universitarias, a mujeres de negocios que encuentran en ello una solvente salida profesional. Son personas capaces de mantener por igual una amplia sonrisa, una magnífica conversación en una cena, o proporcionarle un relajante masaje integral una vez en la habitación del hotel.

 

¿No suena, realmente, muy muy tentador?